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Comúnmente, el síndrome de la cintilla iliotibial es conocido como la lesión del corredor, ya que dentro del mundo del deporte quienes sufren más esta lesión suelen ser atletas de largas distancias, corredores de trails y, en menor caso, ciclistas.

La cintilla iliotibial es la parte más distal del músculo “tensor de la fascia lata cuyo origen está en la cresta iliaca y espina iliaca anterosuperior. Su trayecto continua hacia caudal en forma de fascia (recubriendo el vasto lateral del cadriceps) y acaba insertándose en el cóndilo externo de la tibia, de forma lateral, en el conocido como tubérculo de Gerdy.

La función de esta estructura se centra en dar movilidad a la cadera ya que la acción contráctil del tensor permite realizar flexión abducción y rotación interna de cadera. Además debido a la morfología de la fascia y la cintilla es un buen estabilizador lateral de rodilla.

¿QUÉ NOS RELATA EL PACIENTE?

Lo más común es que los pacientes refieren un dolor en la cara lateral de la rodilla de origen desconocido. Relatan que no han sufrido ningún traumatismo, ni caída. En la anamnesis inicial cuentan que el dolor aparece, desaparece (con el uso de hielo o foam roller) hasta que llega un momento que no les permite correr lo que tienen en su entrenamiento, les obliga a parar. No suele ir acompañado de hinchazón.

Las causas de esta lesión suelen ser difíciles de concretar. Como norma general suele ser por un exceso de tracción de la cintilla iliotibial sobre el cóndilo femoral lo que produce que se engrose el tendón. Es decir, se debe a un sobre esfuerzo de la zona por una excesiva carga de kilómetros o alteraciones biomecánicas de la carrera.

Pero además de esa sobre solicitación hay varios factores que favorecen a que se produzca ese roce del tendón como por ejemplo:

  • Exceso de pronación en la carrera.
  • Dismetria de miembros inferiores
  • Geno varu de rodilla
  • Mala preparación física
  • Calzado inadecuado

Para valorar dicha lesión, lo más importante es ponerse cuanto antes en manos de un fisioterapeuta para el correcto diagnóstico de la lesión o descartar otras hipótesis.

Muy importante la valoración estática en bipedestación (para valorar la pisada). En este caso, podemos derivar al paciente a un podólogo para realizar un buen estudio tanto estático como dinámico y empezar a usar órtesis plantares (plantillas), ya que se ha visto que la mala pisada (provocada por la pronación y genu-varu), afecta de forma muy directa a la fisiopatología de esta lesión.

Importante también el uso de técnicas de diagnóstico como ecografía en un primer momento para poder observar realmente el estado de ese tendón y demás estructuras de la parte lateral de la rodilla.

Un tratamiento conservador en fisioterapia unido a una buena readaptación funcional (a manos de un preparador físico), seria el tratamiento ideal para poder volver a sumar kilómetros en las piernas.

Autor: David Pérez

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